Si hay algo en el mundo que les gustaría entender, la ciencia es su camino: científica social

Ambar Reyes-López es mexicana. Ambar es migrante. Ambar es científica social, estudiante de Doctorado en el departamento de Ciencia, Tecnología y Sociedad en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés, Massachusetts Institute of Technology), universidad considerada una de las mejores y más prestigiosas a nivel mundial, sitio donde también realizó su maestría en estudios de medios comparativos luego de haber estudiado en México, de donde es originaria, la licenciatura en Animación y Arte Digital.

Ambar reside actualmente y desde el 2021 en Boston, a donde migró para estudiar y actualmente es investigadora de ciencias sociales. Con el apoyo del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Heraldo USA conversó con esta mexicana que está haciendo sus aportaciones en el campo de las ciencias sociales.

Para ella, -relata-, la ciencia era solo las ciencias naturales, como biología, física, química, etcétera. Fue hasta que, como oyente en una clase de psicología, se dió cuenta de que ser investigador iba más allá de las ciencias naturales y que podía hacer investigación en psicología, ciencias sociales, incluso negocios y finanzas “y fue en este momento que me di cuenta de que toda mi vida había estado interesada en preguntas científicas”.

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“Mi investigación gira en torno a cuestiones laborales, migratorias, medios y plataformas. Estoy investigando la forma en la que los repartidores de comida construyen comunidades y redes de solidaridad a través de plataformas digitales, y la forma en que estas son fundamentales para forjar su propia narrativa e identidad”.

En entrevista con Heraldo USA, Ambar Reyes reconoce la importancia de que las mujeres participen cada vez más en estos sectores del desarrollo humano ya que, asegura, la diversidad de voces y experiencias enriquece las formas de pensar y resolver problemas e invita a otras personas a ser parte del campo.

Con el tiempo, la lucha por la igualdad de género ha empezado a abrir espacio a las mujeres

“Aunque me formé con la idea de que hombres y mujeres éramos iguales y que teníamos los mismos derechos, obligaciones, posibilidades y creo que con el tiempo la lucha por la igualdad de género ha empezado a abrir espacio a las mujeres, todavía existen brechas salariales entre hombres y mujeres así como menos representación femenina en puestos de liderazgo. Además, en algunos lugares del mundo, las leyes y las normas sociales continúan discriminando a las mujeres. Así que creo que aún queda mucho por hacer”, señala Ambar.

Su mensaje para otras mujeres, para las niñas, es que no todo el mundo tiene que ser científico/a, pero sí debe ser una posibilidad para todos, y no todos consideran serlo porque ni siquiera saben por dónde empezar. “Yo les sugeriría, piensen si hay algo en el mundo que les gustaría entender, si la respuesta es sí, la ciencia es su camino. Creo que más allá del mundo de la ciencia y tecnología, en la vida hay lugar para todos sin importar género, raza o clase social”.