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Premio Nobel de Economía: ¿Quiénes son los ganadores y por qué fueron premiados en 2024?

El Premio Nobel de Economía fue otorgado a los economistas Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson

Premio Nobel de Economía: ¿Quiénes son los ganadores y por qué fueron premiados en 2024?
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El Premio Nobel de Economía 2024 ha sido otorgado a tres destacados economistas: Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson, en reconocimiento a sus investigaciones sobre cómo las instituciones influyen en el desarrollo económico de los países. Estos tres académicos han hecho grandes aportes sobre las razones detrás de la prosperidad de algunas naciones y la persistente pobreza en otras, centrándose en el papel de las instituciones sociales y políticas.

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El Comité Nobel ha destacado que las sociedades con un estado de derecho débil y con instituciones extractivas, que se enfocan en explotar a la población, no logran generar un crecimiento económico sostenible. En cambio, aquellas que desarrollan instituciones inclusivas, que defienden el Estado de derecho y los derechos de propiedad, tienden a prosperar a largo plazo. El premio, que asciende a 11 millones de coronas suecas (aproximadamente 1 millón de dólares), reconoce el impacto significativo de las teorías de estos economistas en la comprensión de las desigualdades globales.

El impacto de las instituciones en el desarrollo.

Los ganadores han demostrado que las diferencias en prosperidad entre países se deben, en gran parte, a las instituciones políticas y económicas heredadas desde la época colonial.

“Cuando los europeos colonizaron grandes partes del mundo, las instituciones de esas sociedades cambiaron. Mientras que en muchos lugares el objetivo era explotar a la población indígena, en otros se sentaron las bases de sistemas políticos y económicos más inclusivos”.

Este enfoque de análisis institucional se ve claramente reflejado en la obra más reconocida de Acemoglu y Robinson, el libro “Por qué fracasan los países” (2012). En esta obra, los autores sostienen que el éxito o el fracaso económico de las naciones no depende de su geografía, cultura o recursos naturales, sino de la calidad de sus instituciones. Un claro ejemplo es la comparación que hacen entre dos ciudades llamadas Nogales, una en Arizona, Estados Unidos, y la otra al sur de la frontera, en el estado mexicano de Sonora. A pesar de su cercanía geográfica, las dos ciudades tienen niveles de vida marcadamente distintos debido a las diferencias en sus sistemas institucionales.

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Instituciones inclusivas frente a instituciones extractivas

La teoría principal detrás de las investigaciones de los economistas ganadores radica en la distinción entre instituciones inclusivas y extractivas. Las primeras, como se ve en las democracias con respeto a los derechos de propiedad y el Estado de derecho, generan incentivos para la innovación y el crecimiento económico sostenido. En cambio, las instituciones extractivas, que están diseñadas para beneficiar a una pequeña élite a expensas de la mayoría de la población, tienden a inhibir el crecimiento a largo plazo.

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El Comité Nobel explicó que una de las principales contribuciones de los premiados fue demostrar cómo las instituciones coloniales establecidas por las potencias europeas en diferentes partes del mundo sentaron las bases para la divergencia económica global. Mientras que algunas colonias adoptaron sistemas que beneficiaban a las élites y explotaban a la población, otras desarrollaron instituciones más equitativas, lo que resultó en un crecimiento económico más robusto.

Innovación y progreso: Desafíos contemporáneos

Además de su trabajo sobre las instituciones y el crecimiento económico, Acemoglu y Johnson también han investigado los efectos de la tecnología en la economía. En su reciente libro “Poder y progreso” (2023), los autores examinan cómo las innovaciones tecnológicas, desde la revolución agrícola hasta la inteligencia artificial, han tendido a beneficiar más a las élites que a la población en general. Advierten que las tendencias actuales en el desarrollo de la inteligencia artificial no favorecen ni a la economía ni a la democracia.

Acemoglu, durante la ceremonia de anuncio del Nobel, fue cuestionado sobre si su trabajo implica que la democracia es la clave del crecimiento económico. El economista señaló que, aunque la democracia no es una solución universal, su investigación sugiere que el crecimiento autoritario tiende a ser inestable y menos propenso a generar innovación a largo plazo. Puso como ejemplo a China, un país que ha desafiado parcialmente esta teoría al impulsar su economía mediante inversiones en sectores innovadores como la inteligencia artificial y los vehículos eléctricos. Sin embargo, Acemoglu advierte que los regímenes autoritarios enfrentan mayores dificultades para lograr un desarrollo sostenible a largo plazo.

Reconocimientos pasados y el futuro de la economía

El Premio Nobel de Economía, oficialmente denominado “Premio Banco de Suecia de Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel”, es relativamente reciente en comparación con otros Nobel, ya que fue instituido por el Banco Central de Suecia en 1968. En 2023, el premio Fue otorgado a Claudia Goldin, profesora de la Universidad de Harvard, por su investigación sobre la participación de la mujer en el mercado laboral.

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Diana Rivero

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