Muere Isabel II: ¿Por qué el príncipe Andrés era el hijo favorito de la monarca?

La reina Isabel II se convirtió en madre en el año de 1948 cuando dio la bienvenida a su primer hijo, Carlos; después tuvo a la princesa Ana y a los príncipes Andrés y Eduardo.

Ana llegó al mundo en 1950, solo tres años antes de que Isabel II se convirtiera en monarca de Reino Unido. Pasó más de una década para que ella y el príncipe Felipe celebraran la llegada de su tercer hijo, el príncipe Andrés, en 1960; y también el más joven, el príncipe Eduardo, en 1964.

Esto es lo que sabemos sobre la preferencia de la soberana, fallecida este jueves en el castillo de Balmoral, por su hijo Andrés.

Sigue leyendo:

El dorama coreano que está arrasando en streaming por ser comparada con Betty La Fea

Las producciones coreanas continúan siendo de las más populares en los servicios de streaming

La relación de Isabel II y Andrés

Para cuando el príncipe Andrés llegó al mudo, la joven monarca ya había terminado las largas giras que hizo para presentarse como reina y por lo tanto pudo implicarse más en la crianza de su bebé, con quien creó una afinidad muy especial.

Mientras que en el caso de los dos hermanos mayores los dejó más al cargo de niñeras por encontrarse inmersa en su nuevo papel de reina.

A Andrés, la propia Isabel II fue quien le enseñó el alfabeto y a decir correctamente la hora, incluso solía contarle cuentos por la noche; según explicó el experto en realeza Richard Fitzwilliams.

Otra teoría de la preferencia de la reina por Andrés fue que este fue concebido en una época en la que se enfrentaba a una crisis matrimonial con el duque de Edimburgo.

Además, Andrés de York se convirtió en el primero de sus hijos en llevar el apellido de Felipe, Mountbatten-Windsor, y no el Windsor que llevan sus hijos mayores, esto por petición de la reina.

Asimismo cuando fue mayor, el duque de York se enlistó en la Marina Real británica y con ello se ganó el respeto y admiración de sus padres al participar en 1982 en la Guerra de las Malvinas.

Incluso cuando el príncipe Andrés renunció a sus deberes reales tras dar una polémica entrevista en la que confirmó su amistad con Jeffrey Epstein, acusado de tráfico de menores, su mamá le dio todo su apoyo y lo mantuvo fuera del ojo público.