El significado del broche más querido de la reina Isabel II que heredó a su bisnieta, la princesa Charlotte

Al igual que lo hicieron otros miembros de la Familia Real, la pequeña princesa Charlotte quiso rendir tributo a su bisabuela, la reina Isabel II en su funeral de Estado en el que se le dio el último adiós.

Vestida completamente de negro y con sombrero, la niña siete años, lució por primera vez en público una joya muy querida por la monarca fallecida el 8 de septiembre en el Castillo de Balmoral, en Escocia.

Se trata de un pequeño broche cubierta de brillantes en forma de herradura en homenaje al gran gusto de la soberana por el mundo ecuestre y todo lo relacionado con los caballos. Fue la propia Isabel II quien se lo regaló a la princesa. Detrás de esta pequeña joya hay una gran historia.

La elegante pieza no sería nueva sino heredada, pues ha pasado de generación en generación en la familia real británica. El broche herradura perteneció a la Reina Madre, esposa del rey Jorge VI y madre de Isabel II, que aparece retratada con la joya en 1929 cuando era duquesa de York. Antes formó parte del joyero de su suegra, la reina María de Teck.

Este regalo conmemora el amor por los caballos de los Windsor y es perfecto para la princesa Charlotte, recordemos que su madre, Kate Middleton, reveló en el pasado el amor por los caballos que su hija heredó de la monarca.

La hija de los príncipes de Gales es ahora la dueña de esta especial joya.

Más homenajes

Kate Middleton también quiso honrar la soberana que permaneció en el trono durante 70 años, usando dos de sus piezas. La esposa del príncipe William lució unos pendientes largos de perlas de Bahrein y una gargantilla de perlas de cuatro vueltas con un broche de diamantes en el centro, ambos de la colección personal de la monarca.

Camilla, la esposa del rey Carlos III y nueva reina consorte, también lució en el funeral de la reina Isabel II un broche de gran importancia para la familia, que perteneció a la reina Victoria.

Por su parte, Meghan Markle también usó en el funeral unos aretes de perla y diamantes que le regaló la reina Isabel II.