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El Gran Lago Salado de Utah podría desaparecer en tan solo cinco años, advierten científicos

El sexto lago más grande del país ha perdido el 73% de su agua y pronto podría afectar negativamente la salud humana.

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El Gran Lago Salado, ubicado en el norte del estado de Utah, en Estados Unidos, se está secando a un ritmo alarmante debido a la explotación excesiva del agua, según advirtió un nuevo informe realizado por un equipo de 32 científicos de la Universidad de Brighham Young.

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Se trata del sexto lago más grande del país, cuya salinidad es mucho más elevada que la del mar, pero que ahora literalmente se está convirtiendo en polvo, aseguraron conservacionistas, quienes alertaron de las consecuencias catastróficas que esto tendría para millones de personas.

Esta gran extensión de agua ha reducido drásticamente su volumen desde la década de los 80 y actualmente contiene poco más de una cuarta parte de lo que tenía en 1987. La superficie, que cubría cerca de 8.547 kilómetros cuadrados, se ha reducido a menos de 2.590 desde entonces y en 2022 alcanzó el punto más bajo que se haya registrado en su historia.

Expertos consideran que a este ritmo, el lago podría evaporarse por completo en apenas cinco años o más, lo que tendría consecuencias no solo a nivel ecológico, sino también para la economía y salud de los residentes más cercanos al lago. Su advertencia es especialmente urgente en medio de una megasequía histórica en Occidente ocasionada por el calentamiento global.

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“Realmente necesitamos aumentar la velocidad de nuestra respuesta y también aumentar nuestra ambición sobre la cantidad de agua que restauramos al lago”, dijo Ben Abbott, ecologista de la Universidad Brigham Young y uno de los autores principales del informe.

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Foto: Observatorio de la Tierra de la NASA

Un desequilibrio del ecosistema y el costo económico

En el informe, el equipo de especialistas indica que los ecosistemas del lago podrían colapsar, además de que millones de personas quedarán expuestas al polvo tóxico contenido en el lecho del lago que se está secando. Esto, a menos que se tomen medidas drásticas para reducir el uso de agua.

El Gran Lago Salado ya ha perdido el 73% de su agua y el 60% de su superficie, ya que desvían billones de litros para abastecer granjas y hogares. Como resultado, el lago se está volviendo más salado e inhabitable para las moscas nativas y los camarones en salmuera, además de que, eventualmente, ya no podrá sustentar a los más de 10 millones de aves migratorias y vida silvestre que suelen alimentarse de este sitio.

La disminución de los niveles del agua también harian inviable la extracción de magnesio, litio y otros minerales que se encuentran en la región. Por otro lado, el polvo del lago expuesto dañaría los cultivos y degradaría el suelo, provocando pérdidas económicas para las industrias agrícola y turística de Utah.

De igual modo, los sedimentos tóxicos mezclados con arsénico y cobre del lecho del lago pueden provocar enfermedades respiratorias, cardíacas y pulmonares e incluso aumentar el riesgo de cáncer para los residentes más próximos.

“El último clavo en el ataúd es donde estamos”, dijo Kevin Perry, un científico atmosférico de la Universidad de Utah que investiga el polvo del Gran Lago Salado, refiriéndose a que la crisis climática ha aumentado las temperaturas en el norte de Utah desde principios de 1900, provocando más sequías y olas de calor severas.

Foto: AP

Trabajando en una posible solución

El año pasado, la legislatura de Utah asignó $40 millones de dólares para restaurar el lago en declive, mientras que los legisladores a nivel estatal y federal se han comprometido a evitar los riesgos para la salud pública que plantea la escasez del agua.

Recientemente, el presidente Joe Biden promulgó un proyecto de ley con disposiciones propuestas por el senador de Utah, Mitt Romney, para monitorear y abordar la crisis del Gran Lago Salado.

Asimismo, para frenar el deterioro que ya supone una amenaza para cientos de especies, científicos de la Universidad Brigham Young han concluido que disminuir el consumo de agua en la región a menos de un tercio o posiblemente a la mitad, podría revertir la situación.

Sin embargo, implementar este plan requeriría reducir la dependencia de los agricultores de riego y de fuertes cambios políticos y sociales.

“La única opción para evitar el colapso total del ecosistema del lago es ahorrar suficiente agua lo suficientemente rápido”, concluyó el informe.

bnaj

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