Para Estados Unidos no hay un país más importante que México

La relación entre ambas naciones es única, marcada por aspectos tanto positivos como problemáticos, especialmente en temas de seguridad, migración y comercio

Para Estados Unidos, no hay país más importante que México. Así lo afirmó Tony Payán, director del Centro para Estudios Estados Unido y México del Baker Institute de Políticas Públicas en la Universidad de Rice, en una charla con Heraldo USA sobre los desafíos y oportunidades de la relación bilateral entre ambos países. En sus palabras, la influencia de México es decisiva en múltiples aspectos de la vida estadounidense, destacando temas como migración, comercio y seguridad.

El peso de la migración y los lazos sociales

Actualmente, la población hispana en Estados Unido representa el 19% de sus habitantes, cifra que se proyecta llegará al 40% en 2060. Los estados con mayor presencia de hispanos son California, Texas, Arizona, Florida, Nueva York y Chicago. Esta tendencia refleja no solo la importancia demográfica de la comunidad mexicana y latina, sino también el impacto cultural, social y económico que conlleva.

Payán resaltó que la cercanía entre ambos países trasciende las fronteras físicas. Muchos mexicanos en Estados Unido mantienen vínculos emocionales, familiares y económicos con su país de origen, lo que fortalece una relación que va más allá de los acuerdos diplomáticos. Además, destacó la relevancia de los think tanks en este contexto:

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“Debemos criticar cuando sea necesario, pero también proponer soluciones para mejorar la calidad de vida de los migrantes y la relación entre las naciones”.

Seguridad: El Talón de Aquiles de la relación

Uno de los mayores desafíos en la agenda bilateral es el tema de seguridad. Payán enfatizó que esta área ha generado las mayores tensiones entre ambos gobiernos.

“El tráfico de armas y drogas, así como la crisis del fentanilo, son cuestiones críticas que ponen en peligro la cooperación entre México y Estados Unidos”

La postura de ambos países ha sido divergente: mientras México señala al consumo de drogas en EE.UU. UU. como la raíz del problema, las autoridades estadounidenses critican la falta de control sobre la violencia y el narcotráfico en territorio mexicano. El experto destacó la necesidad de reconocer que estos problemas requieren un enfoque de corresponsabilidad, tal como lo expresó Hillary Clinton en su momento:

“Este es un problema compartido que solo se resolverá si ambas naciones trabajan juntas”.

Economía e integración comercial: Una historia de éxito

A pesar de los altibajos en materia de seguridad, la relación económica entre México y Estados Unidos ha sido un pilar fundamental. Payán subrayó que la inversión estadounidense en México y la integración de cadenas manufactureras con Canadá han fortalecido la región de América del Norte. Sin embargo, advirtió que si no se resuelven los problemas de seguridad, el comercio podría verse afectado, especialmente en el contexto de la próxima revisión del T-MEC en 2026.

Impacto político: Elecciones en México y EE.UU. UU.

Las elecciones en ambos países también jugarán un papel crucial en la relación bilateral. En México, con la llegada de la primera presidenta: Claudia Sheinbaum; mientras que en Estados Unidos los candidatos son Donald Trump y Kamala Harris. Según Payán, Trump podría mantener la cooperación siempre que México controle la migración, pero su estilo caótico podría generar tensiones en otros frentes. Por otro lado, una presidencia de Kamala Harris podría enfocar la relación en temas migratorios, aunque con la posibilidad de renegociar el marco de cooperación.

El papel de las instituciones y el futuro de la relación

Payán concluyó que para aprovechar el potencial de los mexicanos, tanto en su país de origen como en el extranjero, es necesario fortalecer las instituciones.

“México necesita instituciones que sepan liberar el talento y proporcionar las condiciones para que sus ciudadanos triunfen. Las historias de éxito de mexicanos en Texas y en todo Estados Unidos son una prueba clara de lo que se puede lograr con las oportunidades adecuadas”.

La relación entre México y Estados Unidos enfrenta retos importantes, pero también tiene enormes oportunidades. El futuro dependerá de la capacidad de ambos países para trabajar juntos y encontrar soluciones compartidas a problemas comunes, con miras a fortalecer una región que ya está profundamente interconectada.

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