Elecciones EEUU 2024: ¿Migrantes legales e ilegales pueden votar el 5 de noviembre?

Con la cercanía de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2024, el 5 de noviembre se presenta como una fecha crucial para la democracia del país. Los votantes decidirán entre los candidatos Donald Trump y Kamala Harris. Sin embargo, es importante aclarar que no todos los residentes en Estados Unidos pueden ejercer su derecho al voto, particularmente en el caso de inmigrantes, tanto legales como ilegales. A continuación, detallamos los requisitos y restricciones que deben considerar los migrantes que se encuentran en el país.

¿Pueden votar los inmigrantes en las elecciones de Estados Unidos?

En términos generales, solo los ciudadanos estadounidenses tienen el derecho legal de votar en elecciones federales, incluyendo la elección presidencial. Esto significa que si un inmigrante se encuentra en Estados Unidos de manera ilegal, no puede votar bajo ninguna circunstancia. De hecho, para aquellos inmigrantes en situación irregular, intentar votar o incluso registrarse para votar constituye un delito grave, que puede conllevar serias consecuencias legales.

Inmigrantes ilegales

Si eres un inmigrante en situación ilegal, no solo está prohibido votar, sino que hacerlo constituye un crimen federal en Estados Unidos. Esta norma es clara y está enfocada en proteger la integridad del sistema electoral. Inscribirse para votar o ejercer el voto sin ser ciudadano puede llevar a la deportación, así como a otros cargos criminales que afectan de manera permanente la estancia en el país.

El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), ha emitido varias advertencias respecto a esta práctica. Según las autoridades, cualquier intento por parte de un inmigrante ilegal de involucrarse en el proceso electoral puede derivar en su expulsión del país y en la prohibición permanente de obtener la ciudadanía en el futuro.

Inmigrantes legales

Por otro lado, los inmigrantes legales, incluidos aquellos que poseen la tarjeta de residencia permanente (green card), tampoco pueden votar en las elecciones federales. Aunque este grupo tiene permiso para residir y trabajar en el país de manera legal, el derecho a votar se reserva exclusivamente para los ciudadanos estadounidenses. Para que un inmigrante legal pueda votar, primero debe pasar por el proceso de naturalización y convertirse en ciudadano de Estados Unidos.

El proceso de naturalización no es sencillo y puede tomar varios años. Los inmigrantes que estén en vías de obtener la ciudadanía deben tener en cuenta que intentar votar antes de concluir este proceso también podría perjudicar su solicitud. El gobierno de Estados Unidos es muy estricto en este sentido, advirtiendo que aquellos que se registran para votar sin ser ciudadanos podrían ver rechazada su solicitud de naturalización y ser deportados.

¿Qué sucede si no voto en las elecciones del 5 de noviembre?

A diferencia de otros países donde el voto es obligatorio, en Estados Unidos no existen sanciones para quienes decidan no votar. De acuerdo con la Constitución estadounidense, el voto es un derecho y un privilegio, pero no una obligación. Por lo tanto, tanto los ciudadanos como los residentes permanentes legales no están sujetos a ninguna multa o penalización si optan por no participar en las elecciones.

El gobierno ha aclarado que, aunque votar es fundamental para el proceso democrático, no es un requisito. Esta política también se aplica a los inmigrantes que obtienen la ciudadanía; Una vez naturalizados, podrán votar en las elecciones si lo desean, pero no están obligados a hacerlo.

La elección de Donald Trump o Kamala Harris tendrá repercusiones no solo en Estados Unidos, sino también en la región latinoamericana. Kamala Harris, en caso de ganar, probablemente mantendría la línea de diálogo y cooperación que ha caracterizado la administración de Joe Biden, con un enfoque en los derechos humanos y la colaboración en temas comerciales. Su política hacia América Latina buscaría equilibrar sanciones contra regímenes autoritarios y fortalecer los lazos comerciales, manteniendo una relación cercana con países clave de la región.

Por otro lado, Donald Trump ha demostrado en el pasado una postura más rígida hacia América Latina. Durante su administración anterior, Trump fue un crítico ferviente de la inmigración proveniente de la región, implementando políticas estrictas para frenar el flujo migratorio, como la construcción del muro en la frontera con México. Además, Trump ha expresado su disposición a utilizar fuerzas militares para combatir a los cárteles de la droga en América Latina, lo que sugiere una política exterior más confrontativa.

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