¿Cuál es la postura en migración de Ronald Johnson nuevo embajador de EEUU en México?

Durante su breve mandato como embajador en El Salvador (2019-2021), Johnson trabajó estrechamente con el gobierno de Nayib Bukele, priorizando el combate a la violencia de pandillas y los flujos migratorios

A principios del pasado mes de diciembre, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, designó al exembajador en El Salvador, Ronald Johnson, como próximo embajador en México. La noticia fue anunciada a través de la red social Truth Social, destacando la extensa experiencia del exboina verde y exagerante de la CIA, con más de dos décadas de trayectoria en inteligencia estadounidense.

Una política migratoria estricta

Trump, conocido por su enfoque rígido hacia la migración, hizo de este tema una prioridad durante su campaña electoral. En este contexto, Ronald Johnson llega a México con la tarea de implementar políticas que limiten los flujos migratorios hacia Estados Unidos. Durante su tiempo como embajador en El Salvador (2019-2021), Johnson trabajó en estrecha colaboración con las autoridades locales para reducir la migración irregular, tarea que le valió el reconocimiento por su pragmatismo.

En su nuevo rol, se espera que Ronald Johnson impulse acuerdos con el gobierno mexicano para aceptar deportados no solo mexicanos, sino también de países como Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela. Esta estrategia busca reducir la presión sobre el sistema migratorio estadounidense, alineándose con la política de “Estados Unidos Primero” promovida por Trump. Sin embargo, México ya ha expresado su preocupación por esta posibilidad. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha señalado la necesidad de garantizar que México no se convierta en el destino de deportados de terceros países, enfatizando la cooperación en lugar de la subordinación.

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Seguridad y narcotráfico como ejes de la relación bilateral

Otro de los temas clave en la agenda de Ronald Johnson será la seguridad fronteriza y el combate al narcotráfico. Trump ha señalado su intención de “detener el flujo ilegal de fentanilo y otras drogas peligrosas hacia Estados Unidos”, una tarea que implicará una colaboración más estrecha entre las autoridades de ambos países. La experiencia militar y de inteligencia de Johnson lo posiciona como un actor central para implementar acciones contundentes en esta área, incluyendo propuestas controversiales como la intervención militar en México.

Además, la influencia de China en América Latina ha sido un tema recurrente en las declaraciones de la nueva administración. Expertos como Bonnie Glick, exsubdirectora de USAID, han destacado que la relación con México será esencial para contrarrestar la creciente presencia china en la región.

A diferencia de su predecesor Ken Salazar, quien mantuvo una relación más política con las autoridades mexicanas, Ronald Johnson parece estar alineado con el enfoque pragmático y directo de Chris Landau, exembajador en México. Oscar Chacón, de la red promigrante Alianza Américas, describe a Johnson como un hombre que prioriza resultados por encima de ideologías. Esto podría facilitar acuerdos bilaterales enfocados en objetivos específicos, aunque también podría generar tensiones si las demandas estadounidenses son percibidas como unilaterales.

El nombramiento de Ronald Johnson llega en un momento clave para las relaciones entre México y Estados Unidos. Con una frontera de más de 3.000 kilómetros y un comercio bilateral de un millón de dólares por minuto, la colaboración entre ambas naciones es esencial. Sin embargo, las diferencias ideológicas y estratégicas podrían complicar las negociaciones.

Con su llegada prevista para los proximos días, Ronald Johnson será un actor clave en la implementación de la visión de Trump para México. Su experiencia militar y diplomática, combinada con su enfoque pragmático, será puesta a prueba en una relación bilateral marcada por desafíos históricos y nuevas tensiones.

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