Trump reitera en su discurso inaugural que cambiará el nombre del Golfo de México a ‘Golfo de América’

Donald Trump, al asumir su cargo como el 47º presidente de los Estados Unidos este lunes 20 de enero, utilizó su discurso inaugural para anunciar una serie de cargadas de simbolismo medidas y patriotismo, destacando entre ellas su intención de cambiar el nombre del Golfo de México a “Golfo de América”. Este anuncio, que no ha generado sorpresa, pues ha sido parte de su discurso desde que fue elegido presidente electo; fue presentado como parte de un esfuerzo por reforzar la identidad nacional y recuperar lo que Trump considera “el control legítimo” de esta región estratégica.

Durante su alocución en Washington DC, Trump afirmó que el Golfo de México, uno de los cuerpos de agua más grandes e importantes de América del Norte, debería reflejar en su nombre la influencia de Estados Unidos.

Trump argumentó que este cambio no solo es simbólicamente apropiado, sino necesario para subrayar la soberanía estadounidense frente a lo que calificó como “la falta de control de México sobre los cárteles”. En una conferencia de prensa previa en su residencia de Mar-a-Lago, el mandatario electo reiteró su postura, agregando que:

La propuesta de renombrar el golfo no es un acto meramente administrativo. Según expertos, modificar el nombre de una región geográfica de esta magnitud requiere la emisión de una orden ejecutiva, que luego debe ser revisada por la Junta de Nombres Geográficos de los Estados Unidos. Esta institución, encargada de estandarizar nombres en mapas y documentos oficiales, tendría que evaluar si el cambio cumple con las regulaciones internacionales y los acuerdos históricos existentes.

¿Es posible que Trump cambie el nombre del Golfo de México?

El Golfo de México, que cubre aproximadamente 600,000 millas cuadradas, es crucial para la economía estadounidense. Según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), la región alberga el 50% de la capacidad de refinación de petróleo y procesamiento de gas natural del país, además de suministro alrededor del 40% de los productos del mar consumidos en Estados Unidos.

Este no es el único cambio simbólico que Donald Trump ha propuesto en sus primeros días como presidente. También reafirmó su interés en recuperar el control del canal de Panamá, otro punto clave en la política exterior estadounidense.

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