Trump propone deportar y encarcelar a criminales estadounidenses reincidentes en el extranjero

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Diana Rivero

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Publicado: 28/1/2025 · 11:57 a.m. MX | Actualizado: 28/1/2025 · 11:57 a.m. MX

El presidente Donald Trump presentó una nueva propuesta que busca revolucionar la forma en que Estados Unidos maneja a los criminales reincidentes. Durante una conferencia de republicanos en Miami, Trump sugirió que el gobierno estadounidense podría deportar a ciudadanos que hayan cometido múltiples delitos y pagar a otros países una “pequeña tarifa” para que los mantengan encarcelados. Esta idea, que ha sido comparada con las colonias penales del siglo XVIII, ha generado polémica y dudas sobre su viabilidad.

Según el mandatario, esta medida permitiría reducir los costos asociados al sistema penitenciario en Estados Unidos, incluyendo el uso de prisiones privadas, que, según él, “nos cobran una fortuna”. Trump subrayó que este plan sería independiente de los esfuerzos actuales para deportar a inmigrantes indocumentados con antecedentes penales.

Un modelo de ahorro y eficiencia

La propuesta se enmarca en la estrategia de reducción de costos del gobierno federal, liderada por el recientemente creado “Departamento de Eficiencia Gubernamental”, a cargo del magnate tecnológico Elon Musk. Según Donald Trump, esta oficina ya ha logrado ahorrar más de 560 millones de dólares mediante la eliminación de programas, contratos y arrendamientos innecesarios. De acuerdo con el presidente, externalizar el encarcelamiento de ciudadanos estadounidenses podría ser una extensión natural de estas iniciativas de ahorro.

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Aunque Donald Trump no detalló qué países estarían dispuestos a aceptar a los criminales estadounidenses, la comparación con las colonias penales históricas no pasó desapercibida. En el siglo XVIII, Gran Bretaña utilizó a las colonias americanas como destino para sus convictos, un comercio que cesó con la Revolución Americana. Posteriormente, los británicos recurrieron a Australia como un nuevo lugar de exilio forzado.

Obstáculos legales y éticos

La implementación de esta propuesta requeriría la aprobación del Congreso, un obstáculo que Donald Trump reconoció durante su discurso. “Esperamos obtener la aprobación para sacarlos de nuestro país”, dijo el presidente, sin ofrecer detalles sobre cómo lograría el apoyo necesario para una medida tan inusual.

Los críticos han señalado los posibles problemas legales y éticos que surgirían de un programa de este tipo. Deportar a ciudadanos estadounidenses a países extranjeros, incluso con su consentimiento, podría violar los derechos fundamentales de los individuos, además de poner en duda el compromiso de Estados Unidos con los tratados internacionales.

Por otro lado, el costo y la logística de negociar acuerdos con otras naciones, así como la supervisión de las condiciones en las cárceles extranjeras, también plantean serias preocupaciones. Algunos analistas advierten que, lejos de ahorrar dinero, este modelo podría terminar generando más gastos administrativos y políticos.

Las declaraciones de Donald Trump se producen en un contexto de tensas discusiones sobre la inmigración y la justicia penal. Mientras su administración sigue avanzando en la repatriación de inmigrantes indocumentados con antecedentes penales, esta nueva propuesta amplía el enfoque hacia ciudadanos estadounidenses.

Los aliados del presidente han defendido la medida como una solución innovadora para aliviar el sobrecargado sistema penitenciario. Sin embargo, los opositores la consideran una distracción de los problemas reales y una amenaza a los derechos civiles.

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Diana Rivero