Texas ejecuta a Henry Ramírez; preso latino logró que su guía espiritual lo acompañara en su muerte

El hombre de origen mexicano fue condenado la inyección letal por el asesinato de Pablo Castro en 2004

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Este miércoles, el estado de Texas ejecutó a John Henry Ramírez, de 38 años, preso latino condenado a muerte por el asesinato de Pablo Castro, de 46 años, en 2004. El hombre de origen mexicano, logró el respaldo de la Corte para que estuviera acompañado de su consejera espiritual al momento de su fallecimiento.

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“Tengo arrepentimiento y remordimiento. Este es un acto tan atroz. Espero que esto te encuentre consuelo. Si esto te ayuda, entonces me alegro. Espero que de alguna forma esto te ayude a encontrar el cierre”, dijo Ramírez a cinco familiares de Castro, incluidos cuatro de sus hijos, mientras observaban a través de una ventana a unos metros de él.

Ramírez también expresó amor a su esposa, hijo y amigos, y concluyó con la frase: “Solo sé que peleé una buena batalla y estoy listo para partir”. Fue declarado muerto 14 minutos después, a las 6:41 p. m. CDT.

Antes de que Ramírez dijera sus últimas palabras, su consejera espiritual, Dana Moore, colocó su mano derecha sobre el pecho del recluso y la mantuvo allí durante la ejecución. De espaldas a los testigos, Moore ofreció una breve oración.

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“Mira a Juan con tu gracia. Concédele la paz. Concédenos a todos la paz. El Señor es mi pastor”. Cuando terminó la oración de Moore, Ramírez respondió: “Amén”.

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¿Qué fue lo que ocurrió en 2004?

Los fiscales dijeron que Ramírez le robó a Castro un dólar con 25 centavos y luego lo apuñaló en 29 ocasiones. El asesinato de Castro tuvo lugar durante una serie de robos realizados por Ramírez y dos mujeres, después de una borrachera de tres días en la que también consumió drogas.

Ramírez huyó a México pero fue arrestado tres años y medio después. En marzo, la Corte Suprema de Estados Unidos concedió su deseo de estar acompañado de su guía espiritual al momento de su ejecución y dijo que los estados deben adaptarse a los deseos de los condenados a muerte que piden que sus líderes religiosos oren y los toquen durante sus ejecuciones.

A la asesora espiritual de Ramírez también se le permitió sostener una Biblia en la cámara de la muerte, lo que no se había permitido antes.

El pasado lunes, la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas se negó unánimemente a conmutar la sentencia de muerte de Ramírez por una pena menor. Según su abogado, Ramírez había agotado todas las apelaciones posibles y no se presentó ninguna solicitud final para detener la ejecución ante la Corte Suprema de Estados Unidos.

Ramírez fue el tercer recluso ejecutado este año en Texas y el undécimo en Estados Unidos. Dos ejecuciones más están programadas para este año en Texas, ambas en noviembre.

Con información de AP

abc

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