La primera mujer centroamericana en participar en gimnasia olímpica, tuvo que retirarse por burnout

Conoce la historia de María Inés, la guatemalteca dedicada a la gimnasia que desarrolló esta disciplina en Houston, Texas

Los latinoamericanos siempre están destacando fuera de sus países y muchos de ellos logran hacerlo en Estados Unidos, tal es el caso la guatemalteca, María Inés que se desempeñó en la gimnasia, una disciplina que le gustó desde los 5 años, además de que tenía mucha energía, mientras que a los 8 años ya formaba parte de un equipo y entrenaba tres horas diarias.

A los 11 años se convirtió en la campeona nacional, por lo que tuvo que buscar más allá de su país y buscó oportunidades junto a sus papás, quienes siempre la apoyaron y la encontraron en Houston, Texas y fue allí donde encontró un gimnasio que se ajustaba a sus necesidades donde se unió al equipo.

Cabe destacar que fuer la primera mujer centroamericana en competir en los Juegos Olímpicos, por lo que María platicó cómo fue todo el proceso para quedar dentro de los mejores y clasificar desde los Circuitos Centroamericano y del Caribe, por lo que tuvo que modificar su rutina para mejorar.

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Ahora ya entrenaba seis horas, además de tener más apoyo profesional como una nutrióloga, masajista, una coreógrafa y más ayuda para poder clasificar en el Mundial de Holanda en 1987, pero lo logró a pesar de una caída, llegó también a competir en Seúl, Corea del Sur y logró hacer la meta con los ocho aparatos, pero tras ello, decidió retirarse.

Esto se debió a todo el estrés y presión de parte suya y de otros y a muchas otras cosas que se acumularon como la falta de suplementos en su nutrición, no tenía descansos, ya que debía entrenar toda la semana, además de que desarrolló un desorden alimenticio. Ahora las cosas son muy distintas pues los atletas le están dando mayor importancia a la salud mental.

“Hay mucho apoyo que te dan tus entrenadores, hay apoyo psicológico, pero ahora ya es aceptable, antes era dentro de tu misma imagen de atleta estás tan orgulloso de ser fuerte que cualquier debilidad física, mental o emocional se mira como no da la talla, entonces no queríamos hablar, no queríamos pedir ayuda”, mencionó.

Uno de los momentos más difíciles que vivió como gimnasta fue a los 13 años cuando se encontraba en el gimnasio de Houston donde entrenaba y estaba haciendo un desmonte de la barra alta y cometió un error debido a que salió más bajo y jaló más fuerte para girar, pero se arrepintió mientras estaba en el aire y al abrirse cayó, por lo que terminó con los brazos rotos y tuvo que ser llevada al hospital de inmediato y le realizaron una cirugía.

Tras este accidente, continuó con la gimnasia, pero ahora se dedica a ser coach en nutrición y en estado de mente y su familia se sigue dedicando a los deportes, por ejemplo su esposo es nadador olímpico, mientras que su hija de 14 años está entrenando en la natación