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Rape-aXe: venden condón con 'picos' para castigar a violadores

Rape-aXe es un preservativo especial que fue diseñado por la doctora Ehlers y presentado por primera vez en 2010 durante la Copa del Mundo en Sudáfrica

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Hace más de 40 años, la doctora Sonnet Ehlers escuchó de una victima de violación: “Si tan solo tuviera dientes allí abajo”, palabras que fueron detonantes de un proyecto que llevaría el nombre de Rape-aXe, un dispositivo diseñado para combatir las agresiones sexuales.

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Para el uso del producto descrito a veces como un “condón con dientes”, la mujer debe insertar el dispositivo de látex como si fuera un tampón. En su interior se alinean unas hileras de ganchos con forma de colmillos, los cuales se adhieren al pene de un hombre durante la penetración.

El diseño de este dispositivo provoca en el hombre un dolor insoportable, de esta manera, la víctima puede huir y pedir ayuda.

“Le duele, no puede orinar y caminar cuando está alojado”, dijo. “Si intenta quitarlo, se apretará aún más; sin embargo, no rompe la piel y no hay peligro de exposición a líquidos”.

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Cabe detacar que sólo un médico puede retirar el dispositivo, un procedimiento que la doctora Ehlers espera que se realice con las autoridades para posteriormente realizar el arresto.

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La inventora de este producto asegura que consultó “a ingenieros, ginecólogos y psicólogos para ayudar en el diseño y asegurarme de que fuera seguro”, dijo.

Rape-aXe es un preservativo especial que fue diseñado por la doctora Ehlers y presentado por primera vez en 2010 durante la Copa del Mundo en Sudáfrica, país con una de las tasas más elevadas de abuso sexual en el mundo, donde 1 de cada 4 mujeres es víctima de este delito.

Desde entonces, ha buscado financiamiento para lanzar su polémico producto al mercado, aunque sin mucho éxito. Su más reciente intento es una campaña en GoFundMe con la que busca recaudar 310 mil dólares.

Hasta el momento ha fabricado cerca de 1,500 ejemplares, los cuales ha enviado a voluntarias de todo el mundo para poner el dispositivo a prueba.

“La situación ideal sería que una mujer usara esto cuando salga a una cita a ciegas o en una zona en la que no se sienta cómoda”, dijo la investigadora.

Asimismo, la doctora Ehlers visitó cárceles y habló con hombres que cumplen penas por violación para averiguar si un dispositivo como este los obligaría a repensar sus acciones. “Algunos dijeron que lo habrían hecho”, aseguró Ehlers.

“Sí, mi dispositivo puede ser medieval, pero es para un acto medieval que ha existido durante décadas” (...) Creo que hay que hacer algo y esto hará que algunos hombres reflexionen antes de agredir a una mujer”,, sentenció.

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