¿Cómo es vivir junto a un panteón? Joven relata sus experiencias paranormales | VIDEO VIRAL

¿Te imaginas vivir en un lugar que podría ser de los más embrujados?

A muchos les encanta todo lo que esté relacionado con el mundo paranormal, ya sea ver películas, series, escuchar podcast o leer artículos o libros sobre estos temas.

Incluso en cualquier reunión, siempre hay alguien que quiere contar y escuchar experiencias paranormales y qué mejor que hacerlo en octubre.

Por lo que aquí te contaremos las anécdotas de una joven que decidió compartir cómo es vivir junto a uno de los lugares que se podría considerar de los más lúgubres.

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Joven cuenta cómo es vivir junto a un panteón y se hace viral

Una chica de Euskal Herria en España llamada Iraide compartió cómo es vivir junto a un panteón y todas las experiencias que ha tenido allí, donde se ha tenido que acostumbrar a estar.

A través de cuenta de TikTok ha relatado que la propiedad está relativamente dentro de este lugar, pues una tumba está pegada junto a una de sus paredes.

En uno de los videos llamado "Los vecinos más tranquilos del mundo" compartió cómo es el paisaje al abrir la ventana, donde se observan múltiples tumbas, hasta una iglesia que está dentro del panteón.

"La cosa es que esta casa la construyó la bisabuela de mi abuela y antes no estaba el cementerio pegado, si que estaba a lado, pero la casa estaba en la parte de atrás de la iglesia y en la parte de adelanta estaban los panteones", relató.

Su familia tuvo que vender una parte de su terreno a los sacerdotes y con ello expandieron el panteón. "Antes mandaban un montón los curas, y los curas mandaron pues a poner un panteón delante de mi casa y uno llevo a otro. Luego teníamos una huerta a lado de casa, también tuvimos que vender esa huerta al cura, eso ya cuando estaba mi bisabuelo vivo, o sea, esto no hace demasiado tiempo, y al final hemos acabado rodeados de panteones".

También destacó que en ocasiones ocupa al panteón como un atajo, aunque tiene cosas buenas y malas. "Destacaría dos cosas como malas, una de ellas ya no pasa. La que ya no pasa es que antes en la iglesia había un reloj y cada 15 minutos tocaba de 8 de la mañana a 10 de la noche (...) La otra es que es un cementerio pequeño, de un pueblo, entonces las señoras mayores a veces van a las 7 de la mañana y entonces tu estás durmiendo plácidamente y escuchas a Paquita hablando con Josefina".

En cuanto a sus terroríficas experiencias y las de su familia, cuenta que una le ocurrió al tío de su madre por allá de 1940 cuando le pidieron abrir una tumba para sacar los restos y poner otro cuerpo, cuando se percató que los huesos estaban en posición hacia abajo, además de que el ataúd tenía arañazos.