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La caída de Liz Truss: Las razones de su renuncia tras sólo 45 días como primera ministra de Reino Unido

Con esta decisión, Truss se ha convertido en la mandataria británica con menos tiempo en el cargo

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Este jueves 20 de octubre, Liz Truss anunció su renuncia como primera ministra de Reino Unido a menos de dos meses de haber asumido el cargo. La política ha dimitido 45 días después de su nombramiento, convirtiéndose en la mandataria británica con menos tiempo en el poder.

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Su renuncia llega luego de enormes presiones por parte de su propio partido y tras la renuncia de dos de sus más cercanos colaboradores.

En un breve pronunciamiento frente al número10 de Downing Street, la sede del gobierno británico, Truss dijo que le había anunciado al rey Carlos III su renuncia a la jefatura del Partido Conservador y, por lo tanto, a su cargo como primera ministra.

"Reconozco que, dada la situación, no puedo cumplir el mandato para el que fui elegida. He hablado con Su Majestad el Rey para comunicarle que renuncio como líder del Partido Conservador", anunció ante los medios.

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En su discurso de despedida, Truss dijo haber asumido el cargo "en un momento de gran inestabilidad económica e internacional" y añadió que ella y su administración cumplieron con "las facturas de la energía y con el recorte del seguro nacional", así como el establecimiento de "una visión para una economía de alto crecimiento con impuestos bajos".

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Los motivos que llevaron a la precipitada renuncia de Liz Truss

Polémicas medidas económicas

En los últimas días, la primera ministra había sido el blanco de críticas y ataques tras su anuncio de recortes de impuestos no financiados y ayudas masivas a la factura energética, en un momento en que el Reino Unido lucha contra la inflación y su abultada deuda pública.

Estas medidas asustaron a los inversores y provocaron la pérdida de confianza en Truss, mientras su popularidad caía hasta los niveles de aprobación más bajos de la historia del país.

De acuerdo con analistas internacionales, el paquete presupuestario de Truss se oponía a lo que el Banco de Inglaterra intentaba hacer, que era calmar la inflación por encima del 10%. En consecuencia, la libra cayó a un mínimo histórico y el banco tuvo que intervenir para evitar una crisis financiera. Incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) instó a Londres a cambiar de rumbo.

Fue entonces cuando Truss cambió al exministro de Finanzas británico, Kwasi Kwarteng, por Jeremy Hunt, que para calmar a los mercados, hizo exactamente lo contrario de lo que había prometido la primera ministra: eliminó todos los recortes fiscales, redujo las ayudas financieras en la factura de energía y advirtió de "decisiones duras por venir" en el gasto público.

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Foto: AP

La discusión por el fracking

Durante la sesión de este miércoles en la Cámara de los Comunes, Truss ganó una controvertida votación para que el gobierno vuelva a permitir el 'fracking' en Reino Unido. En medio de esta discusión se vivieron escenas caóticas debido a "una rebelión" de políticos conservadores que se pronunciaron en contra de esta controvertida práctica.

De acuerdo con la agencia de noticias AP, a los miembros conservadores del parlamento se les dijo que si no respaldaban la posición del gobierno a favor del 'fracking', serían considerados rebeldes y expulsados del partido, por lo que muchos se vieron obligados a apoyar esta inciativa a pesar de su oposición a ella.

Charles Walker, un alto miembro conservador del parlamento, expresó su indignación a un equipo de BBC News que estaba cubriendo los eventos en vivo mientras se desarrollaban dentro de la Cámara de los Comunes.

"Todo este asunto es inexcusable", dijo Walker al medio británico. "Es un reflejo lamentable del Partido Conservador parlamentario en todos los niveles, y refleja muy mal, obviamente, al gobierno de turno". Walker agregó que no creía que el gobierno de Truss regresara del caos.

Renuncias y el escándalo de un correo electrónico

Con su giro inesperado y el caos dentro del gobierno, Liz Truss comenzó a perder apoyos incluso dentro de su propio partido. Tan solo tres horas después de su sesión de este miércoles en la Cámara de los Comunes, su ministra del Interior, Suella Braverman, le notificó su renuncia como secretaria del Interior británica a menos de dos meses en el cargo.

Poco después, Braverman difundió su carta de renuncia a Truss en el que aseguró haber dimitido tras el uso indebido de su correo electrónico personal para enviar un documento oficial sobre inmigración a una persona no autorizada a recibirlo.

“Fingir que no hemos cometido errores, continuar como si todo el mundo no pudiera ver que los hemos cometido, y esperar que las cosas salgan bien por arte de magia no es una política seria. Me he equivocado; acepto la responsabilidad; renuncio”, escribió la ex funcionaria.

Sin embargo, en su texto aprovechó la ocasión para criticar "la dirección del gobierno Truss", que ha abandonado todas las promesas relativas tanto a rebajas fiscales como inmigración.

"Estamos viviendo un momento convulso. Estoy preocupada por la dirección del gobierno", escribió.

Según un sondeo de YouGov, solo el 10% de los británicos tenía una opinión favorable de Truss, mientras que un 55% de los miembros del Partido Conservador consideraba que debía renunciar.

En la bancada de los conservadores ya corren nombres de posibles candidatos para reemplazar a Truss. Uno de los más sonados, sorpresivamente, es el del controvertido Boris Johnson, a quien Liz Truss reemplazó tras una serie de escándalos del ex primer ministro. De acuerdo con YouGov, el 32% de los conservadores quieren ahora que vuelva.

bnaj

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